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Antropología social, branding y big data

El branding, por definición, busca emplear el poder de la marca como elemento diferenciador y de ventaja competitiva. Se trata, pues, de posicionar la marca en la mente del consumidor con estrategias de marketing adecuadas. No obstante, desde sus comienzos, el branding ha evolucionado y se ha venido transformando, tomando elementos de las técnicas y métodos que se van desarrollando en diversas disciplinas. Desde el big data, hasta la netnografía, el branding ha adoptado una nueva forma con nuevos métodos, dada la complejidad del sistema global y el advenimiento de la era digital. 

Es necesario considerar que para la correcta aplicación de estas disciplinas y métodos multidisciplinarios, un abordaje profesional del branding es indispensable; la experiencia, los conocimientos y el know how de los profesionales del área es algo fundamental. El branding es mucho más que el componente gráfico de la marca, es el proceso estratégico de construcción de la marca para que conecte con la audiencia. Por consiguiente, el branding es el elemento articulador entre la empresa u organización y lo que busca comunicar en aras de alcanzar un mercado objetivo.

Antropología social y branding: aportes disciplinarios

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Si bien los nexos entre la psicología social y conductual y el marketing siempre han sido explotados por la publicidad, la incursión de la antropología social con sus métodos para asistir al marketing es mucho más reciente. Esta irrumpe, nada más y nada menos, que en una época en la que las estadísticas y el manejo de los grandes datos -a través de la implementación de programas de inteligencia artificial-, parecen mostrar sus limitaciones. Es aquí cuando se introduce la antropología social para un manejo interpretativo y cualitativo de una pequeña cantidad de datos representativos del consumidor.

La antropología social irrumpe en una época en la que las estadísticas y el manejo de los grandes datos, parecen mostrar sus limitaciones.

El objetivo del análisis de datos con métodos antropológicos como la etnografía y la observación participante, es identificar la conducta del consumidor, entrever sus hábitos y necesidades para ofrecerle valor. Se busca decodificar la conducta del consumidor a partir de la interpretación de lo que dice, piensa y hace el usuario del internet. 

El término cultura está sujeto a varias acepciones, pero aquí diremos que es el estudio de los códigos simbólicos de los grupos humanos a través de la observación de su comportamiento en sociedad: tradiciones, instituciones, creencias, prácticas, herramientas, y todo cuanto se produce en sociedad. El branding, por otra parte, busca que la marca conecte con los códigos simbólicos del público objetivo para posicionar, a menudo construyendo historias que logren conmover y apelar a la emocionalidad del consumidor ideal de la marca. Dicho de otro modo, para construir una marca es necesario conectar con los valores y necesidades culturales. Resulta claro que para establecer dicha conexión, es indispensable conocer muy bien a la audiencia, y es aquí donde la mirada penetrante de la antropología social logra traducir los códigos culturales que se necesitan para posicionar la marca. Para esto, en la era digital, la antropología social se ha valido de la etnografía (que es un método de descripción e interpretación de los grupos humanos) aplicada al internet, también conocida como netnografía, un nuevo método de investigación de mercado en las comunidades virtuales. 

Por otra parte, los datos densos o el think data, es un término que reúne cualquier método cualitativo para la investigación de mercados en contextos digitales. 

Los límites del big data en la segmentación: tribus urbanas trasnacionales de la era digital

Los limites del big data y tribus urbanas digitales C 1

Si bien el big data aporta información fundamental y es indispensable, esta resulta ser insuficiente hoy en día para conseguir una verdadera ventaja en posicionamiento. Por consiguiente, la combinación de información cualitativa y cuantitativa es la estrategia de investigación de mercados más eficaz con la que cuentan grandes marcas hoy en día para analizar al mercado objetivo. 

Y es que para obtener grandes volúmenes de datos, en primer lugar, hay que invertir en campañas y lograr tráfico orgánico, y las campañas nunca son gratis (y aún el tráfico orgánico requiere una gran inversión). Las campañas van recopilando datos y gastando presupuesto, mientras el machine learning va categorizando a los compradores potenciales según parámetros demográficos, geográficos y de intereses. Así funciona la tecnología de los motores de búsqueda, tales como Google o Bing, y también de otras plataformas de pago como Facebook, Tik-Tok o Amazon, van ajustando audiencias con base a las interacciones de compra o intención de compra de los usuarios. 

A todas estas, el reto para las marcas es, pues, cómo asociar la marca a valores y emociones positivas en medio de subculturas globales y tribus urbanas digitales con usuarios de todo el mundo.  Por tal motivo, atinarle a una segmentación previa con pocos datos, pero muy bien interpretados, puede ayudar a ahorrar mucho presupuesto y tal vez aportar información clave para destacar de la competencia. Para esto, es sumamente útil la investigación cualitativa. Esta fue, de hecho, la visión de Netflix, quien debe parte de su éxito a la contratación de antropólogos para observar al consumidor, a la par de usar algoritmos complejos de inteligencia artificial para entrever los gustos y tendencias de los usuarios.

La marca como símbolo cultural

La marca, cuando ha tenido éxito en posicionarse, es un elemento semiótico. Representa algo para un determinado grupo de personas; tiene un significado para los compradores asociado a emociones, deseos y necesidades culturales específicas. Es un símbolo cultural que comunica algo más allá de su utilidad práctica; comunica identidad grupal, la pertenencia a un grupo, e incluso el estatus social del consumidor. Por ejemplo, los consumidores de motocicletas Harley-Davidson, ven a las motocicletas Harley como un símbolo de identidad que atañe a unos valores que comparten y que la marca ha sabido acompañar. Muchos pueden ser completamente ignorantes de las características y atributos del sistema mecánico, sin embargo, los llamados harlistas, saben lo que representa la marca para ellos y su grupo; un medio de comunicación identitario. Los bienes de consumo masivo, tampoco se escapan de esta impronta; así, por ejemplo, los hábitos de consumo dan cuenta de tradiciones gastronómicas y culturales en los diferentes grupos sociales.

Hoy en día, las comunidades digitales son internacionales, lo cual, añade más complejidad al desarrollo de la marca. Tribus urbanas que hacen vida en las redes sociales, foros y demás espacios digitales. Es un entorno tan activo como el de la calle ¿Acaso se puede decir a estas alturas que las redes sociales son menos reales que la vida off-line?, sin duda que no, internet ha cambiado la forma de socializar, y ha introducido nuevas prácticas de interacción humana.

no basta con apelar a la big data, hay que comprender muy bien al consumidor digital, a las tribus urbanas que hacen vida en internet

La pertinencia, el entregar el mensaje adecuado a la persona adecuada, en el momento preciso, es la impronta de la publicidad digital actual, todas las herramientas de machine learning y de AI están encaminadas a lograr dicha pertinencia en la entrega del mensaje publicitario. De igual modo, la publicidad intrusiva suele acarrear sentimientos negativos hacia las marcas por parte de los usuarios, y ya no persuade de la misma manera que lo hacía antes de internet. Esto supone una diferencia sustancial con la publicidad del mass media de antaño. Así, pues, la micro-segmentación cobra relevancia y, para ello, no basta con apelar a la big data, hay que comprender muy bien al consumidor digital, a las tribus urbanas que hacen vida en internet, de tal manera que el usuario, pueda conectar la marca con una buena experiencia, la cual, para posicionarse debe necesariamente sintonizar con sus valores y códigos culturales. 

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Los sesgos en la elección de las marcas y la economía conductual

Teoría de la elección racional y marketing

La economía conductual parte de un cuestionamiento a la teoría de la elección racional. En un mundo ideal, nuestras decisiones de consumo serían el resultado de una cuidadosa medición de los costos y beneficios de la compra, habida cuenta de la ponderación de nuestras preferencias, las cuales, serían siempre estables y transitivas, siendo que la transitividad establece que dados tres productos A, B y C, si se prefiere A en lugar de B y se prefiere a B en vez de C, luego, se preferirá también A en lugar de C. Esta es, en resumen, la teoría de la elección racional imperante en la economía. Esta teoría viene asociada a la idea del hombre económico (homo economicus), una estilización ideal del comportamiento humano capaz de modelarse matemáticamente. Según esta concepción del ser humano, este siempre efectúa elecciones racionales en tanto que busca maximizar el bienestar individual, contando con preferencias definidas y estables a lo largo del tiempo.

La teoría de la elección racional, se colaría al resto de ciencias sociales de manera definitiva como teoría dominante con la aparición de las publicaciones del premio nobel de economía, Gary Becker, quien aplicó la teoría de la elección racional para explicar la conducta de los criminales. Sus publicaciones, La aproximación económica al comportamiento humano y Crimen y castigo: una aproximación económica, fueron los textos principales que le permitieron a la teoría de la elección racional rebasar las fronteras de las ciencias sociales de la mano de Gary Becker. Bajo este orden de ideas, la teoría de la elección racional, fue también la dominante dentro del marketing tradicional, el cual, siempre ha tomado lo propio de la teoría y métodos de las ciencias sociales para aplicarlo en el campo de las ventas y la comercialización.

No obstante, estas teorías empezaban a ponerse en entredicho desde otra disciplina, la Psicología Conductual. La psicología conductual, -bajo el paradigma metodológico de la investigación empírica-, avanzaba a pasos agigantados en el campo económico, en lo que más tarde se popularizaría como la economía conductual o behavioral economics.

¿Qué es la economía conductual (behavioral economics)?

La economía conductual es a la vez un cuestionamiento y refutación a la teoría de la elección racional. Quizás, el primer cuestionamiento a la teoría de la elección racional es el de Herbert Simon, economista y politólogo que elaboró una teoría del comportamiento organizacional. Según este autor, una teoría de las organizaciones debía basarse tanto en la economía como en la psicología.

Según la teoría de Simon, los seres humanos no actuamos de manera racional, pero si de manera coordinada y predecible. Bajo este orden de ideas, contamos con información incompleta a la hora de tomar decisiones y tenemos imitaciones cognitivas para procesar la información de la que disponemos. Por consiguiente, debemos orientarnos con normas, reglas que H. Simon definiría como instituciones, bajo la tradición teórica del institucionalismo norteamericano.

De este modo, H. Simon propone la idea de una racionalidad limitada. Esto es, tenemos la capacidad para ser racionales, no obstante, nuestra racionalidad está condicionada y somos falibles en nuestro ejercicio de la razón. Lejos del institucionalismo, la economía conductual es una redefinición de la racionalidad en las decisiones humanas desde la psicología experimental. La premisa principal, que viene a refutar la teoría de la elección racional dominante, es -tal como lo planteaba Simon décadas antes-, que los seres humanos somos irracionales; decidimos con sesgos y prejuicios y a menudo de manera emocional y errada.

No obstante, nuestra irracionalidad puede ser predicha y estudiada. Dicho de otro modo, seguimos cierto patrón de irracionalidad más o menos predecible. A estos efectos, los teóricos de la economía conductual se dedicarían a la tarea de definir una nueva racionalidad más acorde con las observaciones de la conducta del ser humano.

Dicho de otro modo, seguimos cierto patrón de irracionalidad más o menos predecible.

Orígenes y fundadores de la economía conductual

La teoría fue elaborada por Amos Tversky y Daniel Kahneman, quienes fueron Laureados con el premio nobel de economía en 2002 por sus aportes desde la psicología. Y es que la economía conductual es principalmente un enfoque transdisciplinario. El campo, seguiría dando sus frutos, pues en 2002, Richard Thaler, quien trabajaba de la mano con Kahneman durante años, gana el premio nobel de economía por sus aportes en economía conductual. La psicología experimental, aplicada a las ciencias económicas, había ganado ya gran popularidad.

La economía conductual en el marketing

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La economía conductual le ha aportado mucho al marketing. Hoy en día, tenemos una comprensión más rica de cómo las personas se comportan y son influenciadas. Hemos desarrollado una amplia y profunda caja de herramientas que, como marketers, podemos usar como insights para construir marcas más sólidas y crear campañas más efectivas.

La economía conductual, sin duda, nos ha llevado a repensar la aproximación tradicional al marketing: los consumidores tienen una racionalidad limitada, siendo intuitivos e impulsivos principalmente. No obstante, su comportamiento puede ser sistematizado, siendo predeciblemente irracionales.

Los sesgos y la decisión de compra

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Los sesgos son la variable fundamental en la economía conductual. Los sesgos cognitivos son patrones de comportamiento más o menos estandarizados, que orientan nuestras decisiones hacia decisiones que no son racionales. Los sesgos existen porque ayudan a nuestro cerebro a procesar información de manera rápida. Según Daniel Kahneman, existe una forma de pensar lenta y rápida. La lenta involucra la reflexión, consultar las decisiones con la almohada, por decirlo de alguna manera. En tanto que la forma de decisión rápida, atañe a los sesgos que usamos como atajos para tomar decisiones rápidas. A lo largo del día tomamos un sinfín de decisiones automáticas, o guiadas por estos sesgos, pues, al fin y al cabo, no podemos cavilar demasiado cada decisión sin distinguir su grado de relevancia.

La forma de decisión rápida, atañe a los sesgos que usamos como atajos para tomar decisiones rápidas.

Ahora bien, a la hora de elegir una marca en el proceso de compra, también nos guiamos por este patrón de comportamiento, siendo que involucra una forma de pensar rápida y cargada de sesgos

A este respecto, la heurística, según la economía conductual, corresponde a los atajos mentales que usamos para resolver problemas de manera automática, casi intuitiva. Este proceso, comporta un costo, pues, nos permite solucionar problemas de una manera rápida pero no siempre fiable. A veces, tal como apunta Kahneman, es necesario pensar lento, consultarlo con la almohada. En la compra, también utilizamos la heurística como si se tratase de la resolución de cualquier problema de elección.

Estos son los sesgos que normalmente nos afectan a la hora de elegir una marca:

1) Sesgo de la autoridad

Atribuimos mayor credibilidad, a figuras de autoridad. Muchas veces ni siquiera cuestionamos lo que se dice. Dentro de estas figuras de autoridad destacan expertos, personajes famosos y hasta organismos internacionales. Esta técnica es muy usada en el marketing de productos farmacológicos y médicos, en donde se apela a la autoridad del especialista médico en la propaganda.

2) Efecto framing (encuadre)

En este sesgo la decisión del consumidor dependerá del marco en el que se presente la decisión. Este sesgo no solo favorece a aquellos productos con un mejor packaging, sino que también a aquellos mensajes publicitarios presentados de una manera más atractiva, tanto desde el punto de vista de impacto visual como de estructuración del mensaje, ambos importantes para generar el encuadre correcto. Por ejemplo, supongamos que se está promocionando un software para bloquear spam, es mejor decir: 96% libre de spam a decir, solo un 4% de spam. Se trata, pues, de vender el vaso medio lleno.

3) Sesgo del presente

Este sesgo consiste en preferir una gratificación presente a una futura. Dicho de otro modo, las recompensas futuras tienen para nosotros menos valor que las inmediatas. La clásica estrategia de pago de “compra ahora y paga más tarde”, se basa en este sesgo.

4) Sesgo de anclaje

Este sesgo se basa en tomar como referencia la primera información que tenemos a la mano y que acude a nuestra memoria, aunque no tenga mucha lógica; una vez recibimos la primera información fácil de recordar, se crea un ancla. En el mundo del marketing ha sido muy utilizado este principio, se puede advertir cuando se promociona una cifra de referencia más alta, y luego el descuento al lado.

5) Efecto bandwagon

Cuando tomamos decisiones, solemos fiarnos de las decisiones que otras personas han tomado previamente. Seguimos el ejemplo de otros y a veces hasta ignoramos nuestras propias opiniones. Es por esta razón que las recomendaciones son tan importantes. Es muy común que los consumidores le crean más a otros consumidores que a las empresas.

6) Sesgo de conformidad social

A menudo seguimos los pensamientos de la manada. Somos seres gregarios y amoldamos nuestro pensamiento al grupo de manera automática. Esto se complementa con la incorporación de normas y tradiciones culturales. Buscamos encajar en la opinión de la mayoría. Por consiguiente, las tendencias y modas suelen ocupar un lugar importante en la decisión de compra.

7) Sesgo endogrupal

Favorecer, beneficiar y valorar mejor a los miembros del grupo al que pertenecemos es algo muy frecuente. Este sesgo está fuertemente anclado en la psicología social y la sociología. Usado en el marketing, va de generar bienes y servicios que refuercen la identidad del grupo.

La pertenencia a un grupo, es una necesidad humana que atañe a la percepción de nuestra identidad social y la construcción de nuestra autoestima. Conseguir que un usuario o comprador sienta que forma parte de una comunidad, es un gran logro para las marcas. Las marcas venden elementos identitarios y de pertenencia y filiación a grupos, cada bien de consumo, además de la utilidad práctica que pueda tener, también comunica la pertenencia a un grupo e incluso el estatus. Un ejemplo de esto, son las remeras de los equipos de fútbol, o la indumentaria de subculturas como los góticos, metaleros o punks.

8) Síndrome del avestruz

Bajo elevados niveles de incertidumbre, solemos evitar de manera inconsciente aquellos datos que nos anuncian peligro o riesgo. Dicho de otra forma, nos volvemos irresponsablemente optimistas. Evitamos señales confirmatorias de cualquier problema que sabemos que existe. Esto se expresa en el consumo y el ahorro. Así, por ejemplo, se sabe que las personas con problemas financieros suelen consumir sin revisar demasiados sus cuentas aun sabiendo que tienen problemas financieros. Se trata, pues, de la preferencia por ignorar problemas en lugar de afrontarlos. Este sesgo es un telón de fondo en muchas de las compras compulsivas.

9) Efecto de mera exposición

Muchas veces, preferimos algo solo por recordarlo. Las personas tienden a preferir a otras personas o cosas que les son familiares. Este sesgo está muy presente en las campañas de alcance de publicidad de pago digital, que busca una máxima exposición del producto para su posicionamiento. La familiaridad genera confianza, es el motivo por el cual las marcas asignan presupuestos elevados a la exposición y posicionamiento de las marcas.

10) Sesgo de la confirmación

Involucra la tendencia a solo ver aquella información que confirma nuestras creencias y prejuicios, eludiendo las evidencias o la información contraria a lo que damos por cierto. Esto se puede ver mucho con las fake news, siendo que estamos más predispuestos a creer aquellas fake news que ratifican nuestras creencias e ideologías, mientras que calificamos de falsas a las noticias que van en contra de nuestras creencias. Al final del día, al buscar información de un noticiero y no de otro, estamos consumiendo información y, por tanto, preferimos ver los noticieros que ratifican nuestras creencias políticas. En marketing, este sesgo va de segmentar muy bien el mercado, determinando valores y creencias del público objetivo. Se trata de explotar las creencias y que acompasen la oferta de valor.

11) Sesgo de aversión a la pérdida

Este sesgo tiene que ver con nuestra predisposición a evitar riesgos. El dolor de la pérdida es mucho más grande que el placer que nos produce ganar algo de igual valor, por tanto, somos fundamentalmente adversos al riesgo. Es un sesgo muy aplicado en las ventas. Este sesgo está detrás de la sensación de escasez en las promociones por tiempo limitado, o de mercancía que se agota, los copywrites que indican urgencia, utilizan este sesgo como principio. Se trata, pues, de incentivar el miedo a la pérdida para vender.

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¿Tienes una marca con corazón o un hombre de hojalata?

Si tienes un buen producto, pero no le has puesto un corazón, un significado de marca sólido con el que el cliente se vincule, has construido un hombre de hojalata y estás perdiendo dinero y clientes, necesitas un alma llamada branding

Imagina que estás en la reunión anual de la junta directiva donde hablarán sobre los resultados del nuevo producto que lanzaron al mercado el año pasado, y resulta que, a pesar de ser un producto único, con evidentes ventajas sobre lo que ofrece la competencia, apenas si logró las ventas necesarias para alcanzar el punto de equilibrio. En los medios y redes sociales no se habla de ello, y no tuvo el impacto esperado.

Todos se voltean a ver y se preguntan ¿qué fue lo que ocurrió? El producto no tiene quejas ni devoluciones, la calidad es excelente, pero simplemente se ha quedado en una zona gris que ha nadie le gusta ver. Dicho producto estaba destinado a ser la estrella, a romper paradigmas y marcar las nuevas pautas en el sector, algo que los consumidores querrían tan solo de escuchar su nombre.

Bueno, pues la realidad es que tu marca puede ser un genérico, algo que simplemente pasó desapercibido, te enfocaste en investigación y desarrollo, pero olvidaste como enamorar, como transmitirlo al mercado, como diferenciarte. Has construido un hombre de hojalata, sin corazón ni alma y para crear engagement (vínculos) necesitas invertir en branding para transmitir la esencia, la personalidad, la construcción de marca día a día, como lo hacen las mejores marcas.

Construcción de marca día a día

Te has preguntado porqué marcas como Apple parece que tuvieran un porcentaje altísimo de éxito asegurado en sus nuevos productos, como Huawei una marca apenas conocida hace 10 años hoy se consolida como una de las marcas preferidas y es símbolo de tecnología e innovación al alcance de todos, el secreto es que no han descuidado la inversión en branding y posicionamiento…

Las grandes marcas tienen una esencia de marca tan sólida y vinculada con los consumidores que estos atributos son transmitidos a los nuevos productos.

¿Quieres que tu marca sea única, especial o solo una buena marca? una de esas buenas marcas que se pierden en el mar de marcas y competidores. Quizá hoy sea el momento de un refresh, de un rebranding, de llenar de vitalidad la marca y generar vínculos sólidos con los consumidores, hacer de tu marca una LoveMark de la que tanto se habla.

Cómo generar valor de marca de manera sostenida

Generar valor de marca no es algo nuevo, es algo que nació junto con las marcas, y que ahora ha dejado de tratarse como algo invisible, ajeno al valor de los activos de la empresa, Interbrand publica cada año un ranking de las marcas más valoradas y lo que el valor de marca refleja en los activos de la empresa, sí, leíste bien activos, porque la marca es un activo de tu empresa y existen metodologías para medirlo. Interbrand asegura que “las marcas deben reinventarse constantemente para sobrevivir al mercado”. Por ejemplo, Apple se posicionó como la marca más valiosa en 2018 con un valor de marca de 214.480 millones de dólares.

Si consideras que tu marca está posicionada y que no requieres invertir más en ello, te tengo una noticia, marcas de la talla de Apple, Google, Adidas y todas las grandes marcas locales que conozcas, siguen reinventándose e invirtiendo en branding, sabes ¿por qué?, porque deben mantenerse en el mercado.

Todas las grandes marcas locales que conoces, siguen reinventándose e invirtiendo en branding, sabes por qué, porque deben mantenerse en un mercado cada vez más competitivo y cambiante.

Es como aquel amigo de la universidad, que querías tanto y un día dejaste de ver y de saber de él, ahora solo es un buen recuerdo lejano, pero no alguien por el que tomarías el auto para ir a ver en este instante, pues igual pasa con tu marca. Ahora ya sabes que debes de hacer, voltea a ver cómo está posicionada tu marca, si es necesario un rebranding y no permitas llegar a la zona gris de ser solo una marca más.

Referencias:

https://www.interbrand.com/newsroom/interbrand-releases-2018-best-globalbrands-report/ Consultado 08/08/19 PALCO23, 2019. https://www.palco23.com/entorno/brujointerbrand-las-marcas-deben-reinventarse-constantemente-para-sobrevivir-almercado.html Consultado 08/08/19 Brand Finance 2019: Amazon, Apple y Google son las marcas más valoradas del mundo. Disponible en: https://www.elpublicista.es/investigacion1/brandfinance-2019-amazon-apple-google-son-marcas-mas-valoradas Consultado 08/08/19

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